La empresa francesa Arcora ha desarrollado un sistema de protección solar para fachadas utilizando una aleación con memoria de forma. Cuando la aleación se calienta, el sistema es capaz de poner en movimiento un carro de traslación. Este carro transmite la fuerza a las lamas giratorias de protección solar a través de pequeñas varillas de conexión. Este sistema compacto permite reemplazar las motorizaciones estándar en fachadas de edificios, que son más propensas al mantenimiento y reparación, más ruidosas y más
susceptibles al calor.
Para las interfaces entre los elementos móviles (rotación, traslación) y fijos, los diseñadores buscaban rodamientos adecuados que pudieran soportar el polvo, las influencias climáticas (en una fachada de doble piel, la temperatura puede alcanzar hasta 158°F en verano) y las fluctuaciones de humedad.